Estábamos deseando que llegase la primavera (no sólo en el calendario) y el buen tiempo. Por eso hemos pensado que, para animar al invierno a que se vaya sin rencor durante una larga temporada, podríamos dedicarle una entrada, dándole una cariñosa despedida (y un fuerte aplauso) con una muestra de las imágenes más bonitas y cercanas, que nos ha dejado a su paso.
Uncastillo, en las cinco villas zaragozanas, nos ha proporcionado algunas de las mejores.
En Febrero, fue un placer descubrir, tras las ventanas, el paisaje nevado que se apresuraba a vestir de blanco nuestro pueblo favorito.
Aunque no duró mucho, no quisimos dejar escapar la oportunidad de saludarla y de ver como se paseaba por todos los rincones, tantas veces paseados por nosotros.
Unas bonitas, aunque efímeras postales de Navidad, en el pasado mes de febrero.
A la mañana siguiente nos alejamos un poquito del pueblo, llegando hasta los restos de la ermita de San Lorenzo, siempre tan evocadores, y más bellos aún acompañados del intenso azul del cielo..
Y la nieve, aunque iba desapareciendo poco a poco, todavía nos acompañó por los caminos.
Y ahí tenemos a nuestro entusiasmado fotógrafo buscando a través de su cámara las imágenes más bonitas, de esta mañana de febrero, en la que el sol y la nieve tuvieron un fugaz encuentro. Estaba claro que no iba a durar demasiado, pero...
Uncastillo, recordemos, comarca de las cinco villas, al norte de Zaragoza, pegadito a Navarra. Visita más que recomendable.
En Zaragoza hemos tenido un Ebro rebosante de agua, que nos dejó, a principios de año, instantáneas como estas, a su paso por la Plaza del Pilar:
Imágenes extraordinarias para nosotros y que dieron mucho que hablar...
Aragón y los extremos. Este año hemos tenido más agua de la que hubiéramos querido. Dificilmente aprovechable, no recuerdo un año tan lluvioso y húmedo... Demasiado.
Y ya, con aires de primavera, en el pasado mes de marzo, volvimos a Uncastillo, encontrándolo igualmente pasado por agua. Tanta, que incluso llegó a causar destrozos en algunos lugares emblemáticos, como por ejemplo en el Pozo de hielo:
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Observamos de cerca la cara floreciente que parecían tener todos los rincones, conforme nos acercábamos a ellos.
Y pudimos comprobar, encantados, como la primavera iba abriéndose paso franco por cualquier parte, sin avisar demasiado. Dispuesta a quedarse, sin ceder su turno.
Lo más sorprendente, una vez más, era el agua. Los pequeños ríos de la localidad, habitualmente secos, contaban esta vez con un pequeño caudal.
Esto hay que fotografiarlo, que durará poco, nos dijimos.
Un verde primaveral que alegró nuestros sentidos y nos dejó muy buenas sensaciones, anunciando un verano que ya tenemos tan cerca, que casi lo tocamos con los dedos.
Estas han sido nuestros paisajes de invierno... y de primavera, los más cercanos y nuestros. Hoy hemos querido compartirlos con todos los amigos que os pasáis habitualmente por este pequeño blog, que también es vuestro.
Uncastillo, en las cinco villas zaragozanas, nos ha proporcionado algunas de las mejores.
En Febrero, fue un placer descubrir, tras las ventanas, el paisaje nevado que se apresuraba a vestir de blanco nuestro pueblo favorito.
y que nos hizo salir, aunque bien abrigados, a buscar las fotografías más de cerca, porque siempre nos alegra la visita de la nieve, fresca y espontánea, estemos donde estemos.
Unas bonitas, aunque efímeras postales de Navidad, en el pasado mes de febrero.
A la mañana siguiente nos alejamos un poquito del pueblo, llegando hasta los restos de la ermita de San Lorenzo, siempre tan evocadores, y más bellos aún acompañados del intenso azul del cielo..
Y la nieve, aunque iba desapareciendo poco a poco, todavía nos acompañó por los caminos.
Y ahí tenemos a nuestro entusiasmado fotógrafo buscando a través de su cámara las imágenes más bonitas, de esta mañana de febrero, en la que el sol y la nieve tuvieron un fugaz encuentro. Estaba claro que no iba a durar demasiado, pero...
Uncastillo, recordemos, comarca de las cinco villas, al norte de Zaragoza, pegadito a Navarra. Visita más que recomendable.
En Zaragoza hemos tenido un Ebro rebosante de agua, que nos dejó, a principios de año, instantáneas como estas, a su paso por la Plaza del Pilar:
Imágenes extraordinarias para nosotros y que dieron mucho que hablar...
Aragón y los extremos. Este año hemos tenido más agua de la que hubiéramos querido. Dificilmente aprovechable, no recuerdo un año tan lluvioso y húmedo... Demasiado.
Y ya, con aires de primavera, en el pasado mes de marzo, volvimos a Uncastillo, encontrándolo igualmente pasado por agua. Tanta, que incluso llegó a causar destrozos en algunos lugares emblemáticos, como por ejemplo en el Pozo de hielo:
Observamos de cerca la cara floreciente que parecían tener todos los rincones, conforme nos acercábamos a ellos.
Y pudimos comprobar, encantados, como la primavera iba abriéndose paso franco por cualquier parte, sin avisar demasiado. Dispuesta a quedarse, sin ceder su turno.
Lo más sorprendente, una vez más, era el agua. Los pequeños ríos de la localidad, habitualmente secos, contaban esta vez con un pequeño caudal.
Esto hay que fotografiarlo, que durará poco, nos dijimos.
Un verde primaveral que alegró nuestros sentidos y nos dejó muy buenas sensaciones, anunciando un verano que ya tenemos tan cerca, que casi lo tocamos con los dedos.
Estas han sido nuestros paisajes de invierno... y de primavera, los más cercanos y nuestros. Hoy hemos querido compartirlos con todos los amigos que os pasáis habitualmente por este pequeño blog, que también es vuestro.